4:37 p.m.
Music by:
Muse
A las 3:00 pm debería estar en la oficina. Tengo un contrato firmado hace cuatro años donde se estipula claramente:
Horario laboral: 3:00 a 11:00 pm.
Pd:
Durante estas horas nos pertences, mojon. 8 horas diarias eres nuestro. Está firmado. Trágatelo.
A las 3:00 pm estoy conduciendo mi automovil, disfrutando de un perfecto día inveral, escuchando a Muse. Y en ese momento, me siento libre. Me siento seguro de mi mismo, perfectamente capaz de prescindir de mi empleo de mierda y seguir siendo feliz.
Llevamos generaciones con empleos de mierda.
Así que esto es lo que hago:
Voy a la oficina de mi jefe y saludo.
Hola.
-Qué pasó cabrón?
-Nada. Me regresé por una gorra.
-No me vengas con eso. Son las 5:50. Casi te reporto para que no te dejen entrar.
-Ajá.
-Es una falta de respeto lo que estás haciendo. No me vuelvas a llegar a esta hora.
Escucho Beethoven. Sonata Moonlight. Soy la calma del mundo concentrada en una frase.
-Hazlo.
Mi jefe arquea las cejas.
El incrédulo.
Me siento frente a él y le cuento una historia:
-Me perdí de una mujer maravillosa una vez por traer gorra. La conocí con gorra y se enamoró de mí con goora. Y ese fue el desatino. Cuando me descubrí la cabeza se desilusionó tanto de mi calvicie que se olvidó de mí con un revés de mano. Pero ponga atención: No le importaba que fuera calvo, en absoluto. Lo que le molestó fue la desilusión de conocerme de una forma y revelarme de otra. Era una mujer harto obsesiva, y con ella no había segundas oportunidades.
Si esa noche hubiera prescindido de la gorra, hoy tendría hijos con ella.
Mi jefe arquea las cejas.
El incrédulo.
-Hazlo.
Hoy hay un anuncio en el periódico:
CAVALIER 98 azul 4P Est 65km $48 /con clima. negociable. 8393-**-**
Ese carro es mi carro.
Ya encontré lo que estaba buscando.
cn
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .