CABALLO NEGRO

9:22 p.m.
Music by: Pulp

6-2 es el marcador más contundente que le han metido los Tigres a los Rayados, sin contar ese otro partido anulado porque habían metido un cachirul. Como sea, cualquier pretexto es bueno para restregar la victoria en la cara de cualquier rayado. En mi caso, rayado de corazón, una goleada con el rival por excelencia es aguantable. Es decir, se puede contestar.

-Que onda, George, ¡mis Tigres 6-2 a tus rayadetes!
-¿A poco los Tigres ya subieron a primera?

-Esa humillación no se la quitan con nada.
-No, pues no. Es casi tan mala como cuando los eliminamos en semifinal y nos coronamos campeones. Porque los Rayados sí fueron campeones.

-¿Te pusiste vaselina?
-Si-lvaniiiiiiiiiii. (Sí)

Pero esos son los camaradas. ¿Para que sirve el futbol si no para echar carrilla? Tu aguantas vara cuando pierdes, y cuando ganas disfrutas.

Chava no. El güey es otro pedo. Estuvo chingue y chingue y chingue toda la puta semana. Pintó un 6 y un 2 en las ventanillas de su camioneta. Ni un puto saludo sin escuchar "6-2". Ni un día sin que hablara de eso. De lo hocicón que es "el piojo", de lo chingones que son sus Tigres, de lo puta madre que es el futbol.
Imáginate lo que es tener a un cabron 24 horas recordándote un marcador humillante. Imagínate tener un cadillo encajado en el ojete mientras pedaleas una bicicleta cuesta arriba.

Por eso no me dolió tanto lo que tuve que hacer.

Me junté con Lupe en la siguiente fecha, (Rayados 3, Cruz Azul 0). La niña siempre me había visto con ojos de borreguita.
Así que lo hize.
En casa de su abuela. Eso fue como la cereza del pastel.

Chava sigue mentándome: 6-2. Yo lo miro con una sonrisa. Ahora no son los equpos de casa. Ahora son "Jorge 6, Lupe 2".

La hermana de Chava me sigue buscando.

Tal vez el próximo clásico.

cn

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