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jueves, agosto 05, 2004


Music by: The Beatless [Come together]

-Soy de sobra impopular, men. Mi amigo George aquí presente puede confirmarlo.
-Amen.

El negro se recargo en el sofá sin dejar de ver la televisión.

-Han visto este show, Smallville? Que si lo han visto, tío, joder. Seguro que hasta lo graban.

El negro es un hijoputa, pero uno bastante perspicaz.

-Me gusta mucho. Nadamás mira a ese chico... Tom Welling. Casi me hace querer volverme gay. El pelotudo es un adonis... A decir verdad, a Superman nunca le había ido tan bien.

Yo fui fan de Xena warrior Princess. Tenía fantasías que involucraban a Xena y Gabrielle, pero ni en mi punto más freak me oí como este puto español.

-O tú que decís, Georgie-boy? El mejor final de temporada debe involucrar a Clark cogiendose a todos. A TODOS, tío. A Lana, al cadaver de Cloee, A Lex, sobretoda a Lex, que le agrande el culo con su superesperma, y hasta a sus papás. Se los digo, capullos, este show es puro sexo. Y subtexto. Yo lo llamo subsexo. No, Georgie-boy?
-La verdad sea dicha, está mono ese Clark.

Do the evolution de Pearl Jam se escuchaba en el cuarto de al fondo. El Negro, que era madrileño y un hijo de la chingada como todos los madrileños, apagó la tele y nos volteó a ver.

-Aún así te voy a coger, Macoy. Tan duro como lo haría Clark con Lionel. Con el mismo odio adolescente. Con esas nalgotas seguro que eres un polvazo.

No nos invitó a sentarnos. Macoy se estremeció. Tenía miedo.

-Debe haber otra forma, Reina.

Lo llamaba Reina porque ese era el apellido del Negro, y éste era un momento serio para Macoy y su virginidad anal. Resultaba irónico que le llamara así, suponiendo que el negro bateaba también con la zurda.

-No hay ninguna forma, gilipollas impopular. Humillación, mi peludo amigo. La humillación te hará libre. Dejate de mamada y perjuícios. Ríndete. Déjate guiar, y coño, no me vuelvas a decir que no. Igual hasta te gusta.

Lo que siguió es algo que yo nunca había visto, y he visto muchas cosas jodidas. Una vez ví incluso que a una mujer le introducían un ratón en la panocha por medio de un tubo transparente de acrílico. Eso es zoofilia y no violar perros o mamársela a caballos.
El Macoy aceptó su destino. Entramos a la segunda habitación, que tenía pinta de una cámara medieval de torturas. No quería quedarme a ver, pero el Negro y Macoy me miraron con ojos de no te vayas, así que me quedé a ver.
Macoy se desnudó. En general un hombre en pelotas no me asusta, pero el Macoy no es un hombre, es una bestia, un oso subdesarrollado, repugnante y además, cagón. Mientras mis ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad pude ver varias formas... grilletes en el piso y las paredes, sobre todo. El Negro ató a la bestia de los pies con un par de ellos. Luego tomó una vara.
Macoy aguantó la golpiza como los grandes. Yo no. El sufrimiento de mi supuesto amigo me caló, pero me señaló un no con la cabeza, y durante diez minutos más se convirtió en San Macoy, mártir. Sus padres estarían orgullosos.

-Afloja, Macoy....

La vara pasó de la espalda peluda al ano. La espalda paso de morena a roja. Macoy pasó de vicima a victimario. Antes de que su honor fuera mellado, golpeó al negro con un cabezazo. El español no lo vió venir y fue noqueado de un solo chingazo.

-Vamonos.

Ahora sí ya. El Macoy estaba muerto. La puerta por la que entramos estaba cerrada.


cn

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