Que miedo. Me asusté.
Cuando te asustas así tus facciones cambian. Sientes que tu rostro está tenso. El estómago se te estruja y la respiración se hace más evidente. Luego el pecho se hace pesado, hasta la garganta, como si costara mucho trabajo mantener la salud.
Me asusté, lo confieso.
Me asusté cuando te ví vestida de gala, de pié, hermosa como una reina. A su lado.