6:29 p.m.
Music by:
Beck
Conozco personas que se meten 13 monedas en la vagina o en el culo para atraer sexo y dinero. Nadie les dice que se harán putas, pero todos lo piensan y ellas lo saben. Simplemente no tienen el valor de salir a la calle a vender sus favores a un extraño.
Dicen que la primera vez es la más difícil.
Toni y yo llegamos al edificio de departamentos. Subimos los tres pisos sin ser vistos. Me acerqué a la puerta y presté atención. Se oían voces en el interior. Le hize una seña a Toni de que esperara antes de encender el cronómetro.
Unos momentos después el ruido cesó, y llamé a la puerta. Karen me recibió con besos y un abrazo y cerró la puerta tras de mí. En algún lugar tras la esquina al final del pasillo Toni activaba el cronómetro en su reloj de pulsera marca Rolex.
0 minutos.
De inmediato un fuerte olor a vagina llenó mis fosas nasales. O bien Karen se acababa de masturbar, o estaba menstruando. O las dos.
-Cómo estás? Te tardaste mucho en venir... Oh, te he extrañado mucho...! Estaba preocupada.
-Estoy bien. Fuí... retrasado. -Le explico, y me comparo a mí mismo con Gandalf junto a la cama de Frodo en Rivendell. Frodo siempre me pareció un nombre espantoso, como el que tendría un enano deforme trabajando de payaso en un circo, o algo así. -Cómo has estado tú?
-De maravilla. El cambio de aires me ha sentado muy bien. Algo pasó que quiero contarte, Jorge.
Nos sentamos en la sala de estar color marrón con motivos en ocre.
4 minutos.
-Tengo novio. Esteban. No me sentía así dede la secundaria. Estoy emocionada con él! Quiero que lo conozcas. Te vá a caer bien. Me recuerda mucho a tí.- Hace una pausa y continúa: -He pensado mucho en tí, Jorge. En lo que te debo, en lo que has hecho por mí y en las cosas que yo te hize cuando eramos novios. Quiero que me perdones. Por favor.
-No seas tonta, Karen. Eso ya pasó. No hay nada que perdonar.- Le contesto mientras recuerdo aquella vez que la pillé jugando tenis de amígdalas con Adriana. Cuando empezó a tener relaciones incestuosas con su hermana Lala, ya no me sorprendió mucho. Ahora recuerdo a Adriana. La última vez que la ví salía de un antro del barrio antigua a eso de las 3 de la mañana, completamente drogada. Sola. Yo, siendo el buen samaritano que soy, la llevé a su casa. Me contó muchas cosas esa noche. -Cómo dices que se llama?
7 minutos.
-Se llama Esteban. Esteban Lopez. Es enfermero. Va a venir a cenar conmigo esta noche. Quiero que nos acompañes. Llega temprano, como a las 7:30. Me vá a ayudar a cocinar: Dice que tiene una receta celestial de salsa de tomate para el fetucinni, una que le enseñó su mamá.
-Cómo lo conociste?- Le pregunté, y mentalmente hacía planes, nuevos planes, cuentas y estrategias. Tenía pocos minutos. Karen hizo una nueva pausa, como saboreando el recuerdo de Estaban. Tenía pocos minutos.
-Lo conocí hace dos semanas, cuando salí a un antro que está aquí a dos cuadras.
10 minutos.
-Karen, te dije que no salieras, no es seguro.
-Ya, no me regañes, no pasó nada.... Excepto que se presentó conmigo, se sentó a mi mesa y no dejamos de conversar... A las dos horas ya estabamos aquí, cogiendo. Ya le estaba dando mi cuerpo... es increíble. Antes de que llegaras estabamos poniéndonos de acuerdo con la cena, y sin saberlo ya estábamos teniendo sexo telefónico! Por cierto, permíteme ir al baño un momento. -Me dijo mientras se levantaba, muerta de risa, dirigiéndose al baño.
Regresó, y el olor a vagina disminuyó.
22 minutos
-Es un buen hombre Jorge, me hace mucho bien. Ya me estoy olvidando de lo que pasó. Me estoy olvidando de Andrés, de Mario, de toda la mierda que pasó. Quiero salir de los recuerdos. Quiero vivir. Esteban... es lo que necesito. Lo quiero.
-Mario está muerto. -Le digo.
25 minutos.
Toni abre la puerta y en un parpadeo ya está sobre Karen. Le pone el pañuelo con cloroformo sobre las narices. Ésta rápidamente se queda dormida.
Son las 5:30. Tiempo de sobra.
-Hay cambio de planes. -Le explico a Toni, que al escucharme vuelve a meter el empaque marrón a su chaqueta.
Toni sale del edificio como una sombra. Mientras tanto me pongo los guantes de hule. Acomodo a Karen es posición desesperada en el sofá, y hurgo discretamente en sus cosas. No encuentro nada de interés. Media hora después Toni ha llegado. Asegura que nadie lo ha visto. Y esperamos.
A las 7:00 pm se oye un ruido por el pasillo. Un ruido de frascos chocando uno con otro dentro de una bolsa de papel. El ruido se detiene frente a la puerta.
-Mi amor, soy yo!
Y luego:
-Karen!
Después se oye un ruido de llaves. La puerta se abre y se asoma una cabeza de rizos castaños.
-Amor?
Esteban entra y cierra la puerta. Se pasa por la estancia. Aterrado, suelta la bolsa que cargaba y corre a la sala de estar color marrón con motivos en ocre.
Casi se siente su dolor. En un instante, Toni ya está sobre él, y lo amordaza con el mismo pañuelo que a Karen. Esteban se desvanece y lo acomodamos sobre Karen.
Entonces Toni saca la geringa, la llena de aire y me pregunta con la mirada. Yo asiento. Entonces Toni inyecta a Karen en el corazón.
El frasco de ragú se queda destrozado en el piso. Parece que Esteban no sabía preparar la salsa de tomate para fetucinni después de todo.
-Eres un desalmado hijoputa.- Me dice Toni.
-Sí lo soy.
cn