Un bocado de tristeza en mi casa vacía. No hay helado, ni un corazón que llora, no hay nada, y aun así me sabe a tristeza la esperanza. Un día y lo sé: Oigo poco y entiendo menos del mundo... Salvo la belleza de tu cuerpo entre las sábanas y la poesía de un negro recitando en mi memoria. Será el aire de alegría que le diste a mi corazón. La belleza que me salva.
Y hace tanto tiempo...
Ay...