11:25 p.m.
Music by:
Air [Playground love]
Santiago y sus amigos se levantaban temprano el 3 de noviembre y muy contentos iban al cementerio, mochila al hombro. Todo el panteon para ellos solos, todas las ofrendas y los recuerdos. Lo primero que bailaba eran las botellas de tequila y mezcal. Ya bebían, oh, claro que sí. Llevaban saqueando tumbas tres años, desde los 12, y ya sabían lo que era el alcohol. Por eso lo seguían haciendo.
Pero esta vez Santiago quería también unas flores, las más bonitas que hubiera. Sabía donde buscar: El Mausoleo de doña Ernestina Villaseñor, matriarca de los Alcázar; cada año repleto de buenas cosas.
Flores para los muertos.
Le valieron su primer acostón. La maestra Victoria era todo lo que de ella se decía, y más cosas que sólo sabían quienes se la podían tirar. Y Santiago era uno de ellos. Y así supo lo que era el amor.
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