2:32 a.m.
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En mis días de facultad teníamos todo: tardes lluviosas con café americano en el Sanborns, desayunos gratis en McDonalds, mediodias en el Pool Zone, tardes de miércoles en Cinépolis y otras de jugar futbol. Teníamos lo que nos quedaba de Nirvana, teníamos Live y su Lakini's juice, teníamos a Portishead, al Ixnay on the hombre de The Offspring, teníamos a Marylin Manson, a Placebo, a Tool, a Deftones, a Korn, a Foo Fighters, a Radiohead y el Ok Computer; al Homogenic de Björk.
Era la mamada llegar por las mañanas escuchando bored o tourniquet en los audífonos ocultos bajo mi cabello largo. Siempre llevé el cabello largo. Me hacía sentir seguro. Lo necesitaba.
Hoy ya no nos queda nada.
O soy yo que ya no siento la música como antes. Yo no hay Soundgarden. Ya se acabó Depeche Mode. Ya no hay REM... no sé. La música ya no es igual; ni mejor ni peor: no es. Ya no tenemos las mismas necesidades. Ya no buscamos lo mismo.
Ya no somos lo que éramos.
cn