CABALLO NEGRO

10:25 p.m.
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Primero llegó el Tiburón, puntual como siempre, con Gaby su novia. Después cayó el G-Camps, excusándose por la ausencia de su hermano. Flor de loto llegó después, junto con amarillonaranja, y la plática se desvió un poco hacia el arte y el entretenimiento, y de allí a las películas de comics, a donde muy oportunamente entró El mudo, que ya venía con un par de ampolletas encima. A merry party. Hasta allí un éxito. Cucamonga se presentó después: estaba en una mesa continua escuchando y riéndose de la plática blogger. La flaca llegó happy, pero nadie lo notó, porque ya todos andaban igual, con escepción del Mudo, que venía más avanzado, pero no se le notaba. Tarde llegó el Caballo Negro, y llegó mal. Cucamonga, G-Camps, El Mudo y la flaca se levantaron de inmediato. Hubo un momento de tensión; cn los miró a todos uno por uno, y estos lo miraron de vuelta, como poniéndose de acuerdo, como esperando algo. El tiburón preguntó lo que las damas estaban pensando:
-Quién es ese güey?
La puerta se abrío y llegaron otros bloggers, que se dirigieron a la mesa al reconocer al tiburón, pero no se pudieron presentar gracias a la situación. Nadie más dijo nada.
Y se armaron los chingazos. Anel y la Deya loca, que eran las recién llegadas, se asustaron. Parecía cantina de reforma.
El primero fué el Cucamonga, que le atestó un chingazo bien dado al caballo negro, que calló al suelo. Como de película, rompió una botella, y le cortó en un brazo. G-Camps le pateo y después dió un paso atrás. El caballo se arrojó sobre él y sobre la mesa. El Mudo y la flaca nada más miraban, como no queriendo actuar todavía. La gente se levantó asustada y los meseros no querían entrar. Justo cuando cn iba a golpear a G-Camps, recibió un chingazo muy duro: el Mudo vato rudo no iba a permitir que lastimaran a Gabriel. Y allí se calmó todo, el Mudo era un muro difícil de escalar. Además, claro, cn sacó su revolver. El Tiburón seguía pidiendo calma, la flaca escudando a la mujeres, la Deya escupiendo, Irma se tragó el grito en su garganta, la viuda salió tan pronto entró. Caballo negro caminó hacia atrás despacito. No le apuntaba a nadie en particular, más bien se limpiaba la sangre del hocico con el puño de su camisa. Se apretó el nudo de la corbata y gritó antes de salir:
-Ven? Por eso no quería venir a las reuniones bloggeras!
Salió corriendo. Los demás se empezaban a recuperar del susto de saberse al alcanze de una bala, y entonces entro Campillo, muy campechano:
-De qué me perdí?

cn