Ya te estoy olvidando, mañana. Y me está doliendo hasta el alma, vestirme de blanco. Esperar en vano que no me crezcan las barbas con las ganas de que me hables de tus muertes. Es tan feo que me digas que me amas y que no estés. Se siente como el adiós que nunca tuve. Como el dolor que siempre quise en tí.