8:11 p.m.
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Burro bala
Uno de los juegos que más me gustaban (además de las cebollitas y las cortinitas) era por supuesto el burro bala. El burro bala mixto. Oh my. Peligroso y a veces rico, hasta que lo prohibieron en la secundaria. Si te tocaba abajo, no había de otra que aguantar a los demás patanes igual que tú jodiéndote el lomo o, si estabas de suerte podías sentir, en cambio, el suave rozar de las vaginas pre-adolescentes en tu espalda o en... bueno, por otros lados también. Si te tocaba saltar, bueno... nada era más divertido que correr y gritar buuurrooo bala! Y eso de guardar el equilibrio sobre una fila de cabrones (y en ocasiones también huercas) era ya muy entretenido por sí mismo. Ah, que días. La posición más jodida a pesar de que se evitaba muchas lesiones, era el de "la almohada", que siempre era ocupada forzosamente por el güey más enclenque de todos. O una chiquilla esbelta y deshinibida.
cn