6:53 p.m.
Music by:
Comfortably Numb
La verdad era muy simple y por eso desastrosa: ella sentía mucho, y esa había sido siempre su bendición y ahora su pesar. Ahora que se secaba las lágrimas, se veía de cerca las manos y las encontaba notables: abandonadas al placer, laboriosas a la hora de amar [de acariciar, de pellizcar, de apretar, de torcer], a la hora de escribir [de enlazar, de tejer, de inventar, de enredar, de liberar] y a la hora de fotografíar la escena impersonal y el momento común, de sonrisas hechas y secretos sinceros, como los de ella. Ahora veía la realidad: El mar fluía, se bifurcaba, se reproducía, no se detenía ante nada. Se la llevaba a ella, ahogada en las olas de los besos prohibidos que ella misma se negó. Qué esperar pues, de una sangre que no deja de correr conta corriente? Ella lo está averiguando ahora, en medio del dolor de saberse apasionada, de saberse mujer. De encontar lo que creyó perder: quién es Nanilka?
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