Qué hermosa es la reconciliación. Qué belleza hay en la entrepierna luego de una cachetada. Qué armonía en las palabras de insulto! Qué perdones tan amables, que me llevan luego a la cama! Qué dicha hay en el hurto de una paz, en una herida abierta, que guían después al placer! Que delicia de los orgasmos asesinos!