Me quiebro. Me quiebro con tus pasos en otras tierras. Con mi mano sujetando la gasolina en lugar de tu vagina.
Y no me curan las cortadas de mi pecho, no menguan los dolores de parto, no me dejo de asfixiar ni de morir en silencio.
En silencio.
Ya no quisiera verte nunca más. Ya no quisiera quererte tanto. Pero es una sorpresa... tan bonita.
Por favor. No.