Una carta. Escrita a mano en amate. Un paquete envuelto con cinta canela, unos trozos de hielo seco que contenían a su vez un pequeño calendario con fechas marcadas en rojo, en una bolsa cerrada herméticamente.
Una llave pequeña. Un fajo de billetes: 80 mil en puros de a quinientos.
Un libro. Un diario. El mío...