2:13 a.m.
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Ahora comenzé esto y no sé donde vá a acabar. Me doy cuenta de que me meto en pedos demasiado seguido, y luego ya no sé como salirme de ellos.
Me estoy enamorando de Queens of the stone age. Es la música perfecta para salir con tu camaradas de cabrones, o a algún table. Pero no iba con ningún camarada. Iba solo. Cantando "First It Giveth", no me dí cuenta de que me seguían un par de carros. Taxis. Cuando lo noté, ya era muy tarde, me sacaban del camino, y a la madre, pensaba nomás.
Total, me pare. Eran tres carros: Dos Tsurus y un vocho. Se pararon dos atrás, otro adelante. Supe que ya había valido madre este pedo, cuando ví que eran don Ramón, con una venda en la cabeza y otros dos, igual de malencarados. Seguro querían sus 75 mil bolas. Y por supuesto, romperme el hocico. Chingado.
-Buenas noches, Ron Damón.
-Buenas noches, hijodetuputamadre. Muy chistos no, pendejo?
-Me vienen a madrear, no? Me vale madre, yo me río cuando quiero. Por ejemplo: me dá la gana decir que su amigo, aquél de allá, tiene cabeza de prepucio. Qué pedo?
Ahora que lo pienso, no sé por qué dije eso. Creo que de esta ya no me podía salvar, y me quería hacer el valiente. Perder los dientes con dignidad. Pero por dentro estaba bastante culeado. No lo estarías tú?
"Yo si te rompo la madre", me dijo el aludido. Se acercó, y lo reconocí: Era el taxista que me había llevado a casa desde García. Se conocían, sabían donde vivía y ahora me cazaban. Monterrey es un pinche ranchote.
-Uno por uno putos, yo estoy solo contra los tres.
Luego todo pasó muy rápido. El tercero estaba mamado, y fué el que se me lanzó primero. Todavía me duele la nariz. Se lo contesté con una patada en los huevos. El cabeza de prepucio se me lanzó entonces, pero se detuvo: se oyó un ruido entre el silencio, como de un bote pateado. El gato saltó del cubo de la basura de la casa de enfrente, y el mamado cayó, sangrando de la cabeza. Primero pensé que le había matado, pero no, estaba chillando, entonces no.
-"A tí también te reviento la madre, culero!" -Le grité al foreskin head, y me paré lo más amenazador que pude, con el bastón de acero del carro ensangrentado en la mano. La verdad ya mero me cago en los calzones. Hace mucho que no me peleaba así. De esas peleas, donde sabes que un mal golpe y te pueden matar, o de perdido dejar pendejo. Pero ya estaba aquí. Ya me había chingado a uno, ya podía cargarme la verga. Y sí:
-Ya te cargó la verga, pendejo- Y sacó su navajota. O a mí se me hizo muy grande. Blody hell.
Pero no. Apretando el culo para que no se me saliera la mierda le arrojé el bastón lo más fuerte que pude y MADRES!, en el ojo. Pobre cabrón, hasta me dió lástima. También empezó a llorar. Me sentí enfermo. Me dieron nauseas.
Pero eso fué todo. Don Ramón era un viejo de 52 años, correoso, pero a los 52 ya no estás para esos trotes. Además estaba herido de ayer. Y solo.
Cuando te vas a pelear con alguien, llevas al menos un amigo. Casi siempre dos o más. Si vás solo es que eres un hijo de perra de verdad, un cabrón, un cojonudo. Y don Ramón no lo era.
-Entonces qué, Ron Damón? Todavía le sobran huevos para venirme a putear?
-... culero...
-Usté me cae bien. Tome: cinco mil pesos. Lleve al cabeza de pito y al mamey al San Vicente. Y no vuelva a venir a chingarme la madre, porque entonces sí me lo chingo yo a usté.
-...
Agarré mi bastón, encendí el Chevy y me fuí. Varios vecinos se asomaban por las ventanas. Alcancé a ver a uno que salió a ayudar, y aceleré justo a tiempo para evadir a la chota, que estaba llegando. Sólo ví las luces.
Nada más en casa, ya no me creí tanta mierda. Voy a poner protectores. Me fuí al baño a lavarme la cara, pero terminé cantando el guacarock. Ah, como me caga vomitar.
Pero no sé por qué, dormí como una piedra.
Cuando te agarras a chingazos, y ganas, te sientes como un rey.
Aunque hagas trampa.
King of the fools, i'd said.
cn